PUERTO RICO, FEBRERO 1996




INVITACIÓN DE MIS TÍOS, FRANK Y AÍDA
A SU MEMORIA






4 de Febrero:

Estaba sola en el gate 5, vuelo 929 de AA con destino a Miami, para escalar a San Juan de Puerto Rico. El viaje fue cansado. Llegué a Miami a las 11.15 a.m. Abordé el gate E 9 y el siguiente vuelo 869 salió a las 2.30 p.m. Llegué a San Juan a las 5.50, me esperaban mis tíos y la Trini, una cubana que mi tía conoció en Miami y que le servía para transportarse de un lugar a otro. Venía rendida, sin dormir ni comer. Cenamos en un hotel frente al nuestro. Trini me incitó a ir a un Casino, aposté $5 y lo perdí todo. Regresamos al Marriot (donde nos hospedamos) y jugamos en el casino hasta las 12 p.m.

VISTA DE LAS PISCINAS DEL HOTEL MARRIOTT

5 de febrero:

A las 10.30 a.m. fuimos de visita al viejo San Juan. Visitamos primero el fuerte El Morro. Las primeras fortificaciones del Morro estaban destinadas a proteger a la población contra los ataques de los indios caribes y de los corsarios que amenazaban la isla. Posteriormente, el Morro se convirtió en una fortaleza inexpugnable, que desempeñó un papel primordial en la defensa de Puerto Rico. En la actualidad, no funge como castillo militar, forma ya casi parte de la geografía de la isla. Sus murallas están rematadas por garitas que servían de refugio a los centinelas en el pasado. Al final del siglo XVIII estaba defendida por más de cuatrocientos cañones.

Puerto Rico es una isla en pleno mar Caribe, con una extensión de alrededor 9,000 km cuadrados. En la región central está la cordillera, cruzada por ríos y valles, colinas y hondonadas. Son tierras mineras que tienen cobre, oro, plata y níquel. Colón la bautizó con el nombre de San Juan Bautista, en honor del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos. Ponce de León fue el primer gobernador de la isla. Las principales fuentes de riqueza fueron la caña de azúcar, la ganadería, el tabaco. Fue invadida por corsarios franceses, holandeses, hasta que en 1898 pasa a ser parte de Estados Unidos, y se convertiría posteriormente en Estado Libre Asociado. Actualmente, es el turismo su mayor fuente de ingresos. Acuden anualmente más de un millón de personas. Las murallas de la Fortaleza −residencia de los gobernadores de Puerto Rico que fue un edificio de defensa de la isla− el Morro y las restantes que rodeaban toda la ciudad, convirtieron a San Juan en la segunda plaza fuerte de toda América hispana, siendo la primera, Cartagena de Indias en Colombia.

FUERTE EL MORRO
FUERTE EL MORRO

Después de dar una vuelta larga por el Fuerte El Morro, paseamos por varias de las calles del viejo San Juan; son angostas, su piso es de piedra y sus casas son de 2, 3pisos, todas con balcones con flores. Posteriormente de recorrer el viejo San Juan, fuimos a almorzar al Patio de Sam donde exhibían cuadros de un famoso pintor portorriqueño llamado Juan Serrano, una colección muy hermosa. Los Piñones, típicos de aquí, son ventas públicas de comidas. Por la tarde fuimos a Isla Verde y luego al Centro Comercial Las Américas. Por la noche acompañé a los tíos a cenar en el hotel.

RESTAURANTE EL PATIO DE SAM
CALLES Y CASAS DEL VIEJO SAN JUAN

MUSEO DE ARTE DE PUERTO RICO
VISTA AÉREA DEL VIEJO SAN JUAN
VIEJO SAN JUAN

6 de febrero:

Volvimos al viejo San Juan, donde tomamos un trolley que nos llevó a la Catedral Caminamos un rato por los comercios y almorzamos rápidamente unos submarinos. Por la tarde visitamos Montehiedra, un proyecto residencial con casas muy bonitas. Conocimos a Carmen, hermana de Trini. Cenamos en un lugar cubano para celebrar los 82años de la tía Aída.

CATEDRAL, VIEJO SAN JUAN
PARQUE DE LAS PALOMAS



7 de febrero:

Conocimos Ponce y llegamos directo al Museo de Artes. Una señora muy culta nos hizo el recorrido, el cual fue un verdadero alimento para el espíritu. Salimos a las 4 p.m. Mi tía me regaló una litografía de Lord Frederic Leighton –pintor y escultor nacido en Inglaterra− que con los años me robaron.

PINTURA DE FREDERIC LEIGHTON
MUSEO DE ARTE EN PONCE

Recorrimos el centro de la ciudad de Ponce en un trolley, por las principales calles. Más tarde cenamos nuevamente en un restaurante cubano.

Ponce fue fundada en 1692, por vecinos que, huyendo de los constantes ataques en la costa, mudaron su asentamiento, de las orillas del Río Jacaguas, al lugar donde actualmente se encuentra la Plaza Las Delicias. Su nombre surge de la familia del primer gobernador de Puerto Rico, Don Juan Ponce de León. De ahí también surge el símbolo de la ciudad: el león. En 1877, por órden del Rey de España, se le concede el título de Ciudad.Ponce, que también se le conoce como La Perla del Sur y Ciudad Señorial, cubre un territorio de 100 millas (300km) cuadradas y su población sobrepasa los 210,000 habitantes.

LA CEIBA DE PONCE

Se dice que el árbol de La Ceiba de Ponce tiene que ver con el origen mismo de los comienzos de población de lo que eventualmente evolucionó a lo que es hoy Ponce. Más de 500 años son los que ostenta la legendaria Ceiba a orillas del río Portugués donde según la tradición popular fue uno de los lugares en que se asentaron las primeras familias españolas que llegaron a la región. El nombre de Ponce surge de la familia del primer gobernador de Puerto Rico, Don Juan Ponce de León. De ahí también surge el símbolo de la ciudad: el león. En 1877, por orden del Rey de España, se le concede el título de Ciudad.

PLAZA
CATEDRAL DE PONCE
CASA ALCALDÍA EN PONCE

8 de febrero:

Almorzamos en Palmas del Mar –un resort- en Humacao, como a dos horas de San Juan. Está ubicado a la orilla del mar. Al retorno, pasamos a Galerías Las Américas y cenamos en El Oasis para celebrar el 49º. Aniversario de matrimonio de los tíos. Iban Carmen –hermana de Trini−, su marido, Trini y nosotros tres.

PLAYAS EN HUMACAO

9 de febrero:

Pasamos temprano a la librería a recoger un libro de Coelho que encargué. A las 12 m llegamos a la fábrica de ron Bacardi y nos dieron la siguiente explicación:

El ron es una bebida poco refinada de los piratas del Mar Caribe. Facundo Bacardí la convirtió en una bebida fina. El ron negro puede servir para postres, helados, té, café, bebidas de fruta. El blanco se consume con gyn, planter punch, piña colada. Se produce por fermentación sofisticada. Hay tres clases de ron: blanco, oro y negro. El blanco se añeja por un año, el oro por dos y el negro, por tres. La destilación, añejamiento (color y sabor) y embotellamiento. En la etapa 1, a la melaza se le mezcla una levadura especial que es la que produce el alcohol.

FÁBRICA DE RON BACARDÍ EN PUERTO RICO
PALO SECO

A la salida de la fábrica, visitamos el área de Puerto Seco, donde se encuentra la Isla de Cabras, un parque histórico recreativo con playa, localizado en la entrada de la bahía de San Juan y su acceso es a través de Palo Seco.

10 de febrero:

Fuimos al aeropuerto –con mis tíos− y salimos para Miami. Ellos se quedaron ahí y yo cogí la conexión hacia Guatemala.

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SEMANA SANTA EN ANTIGUA: 2008

La ciudad de Antigua Guatemala es un lugar fascinante de visitar hoy en día. Fundada en 1543 como la capital de las colonias españolas lo que es ahora Centro América, fue abandonada en 1773, dejándonos los edificios de los siglos XVII y XVIII. Es verdaderamente la joya de las América, ofreciéndole tanto a los nacionales como a los internacionales su historia colonial, galerías de arte, exhibiciones, arte popular, arte en escena, filmes, mercados indígenas y cultura para el turismo en general.

La Semana Santa en Guatemala, como en la mayoría de los paises católicos, es un momento fuerte del año. Los guatemaltecos lo preparan con mucho fervor y atención a los detalles. Muchos hombres, que no están acostumbrados a ir a misa o no son muy religiosos participan a las procesiones para cargar los santos por las calles.

En la Antigua Guatemala, se cubren las calles de decoraciones hechas con flores y con madera rallada y colorada. Los dibujos representan al santo, o solo son ornamentales, como flores, cruces. Dos días antes de la procesión, se empiezan a dibujar y las calles están cerradas al todo tipo de tráfico. Todos los vecinos participan a la elaboración de la alfombra, y la cofradía del santo decide su diseño.

El día de la procesión, el santo pasa por todas las calles decoradas y en segundos, el trabajo de varios días está pisado y reducido a nada. Antes estaban hechas para los sacerdotes, con plumas de aves preciosas, pino y flores. Hoy en día solo se hacen con madera y flores.

A la creencia católica siempre se le mezclan las creencias mayas y los santos no parecen los santos que estamos acostumbrados a ver: unos detalles dejan ver que es el mismo santo, personalizado a la maya, para que se parezca a sus antiguos dioses.


Fuimos a Antigua para la semana santa del 2008. Las calles estaban llenas. Habían alfombras y procesiones por todos lados. Llegar al parque central era imposible, a menos que uno caminara a pie. El bullicio era insoportable, en muchas calles el paso estaba bloqueado.

Para evitar tanto congestionamiento, nos fuimos a vacacionar a un hotel que queda aproximadamente a unos diez minutos de Antigua. Ahí todo era silencio y magia. Frente al hotel, el volcán de agua se miraba a través de la arboleda. Un lugar realmente lindo para descansar. Incluyo fotos de este lugar, tan pacífico como un domingo soleado en casa.


Terraza en Hotel Filadelfia

Un poco de historia del café de Guatemala: (se me volvió una obsesición el tomar café a todas horas)

Se cree que la introducción de este aromático grano a Guatemala y por ende a toda el área que conformaba el reino se debió a la iniciativa de los sacerdotes jesuitas durante el siglo XVIII. Como eran poco conocidas sus propiedades, se le usaba como árbol ornamental o bien como medicamento. Poco a poco pasó a ser, de solamente una sencilla infusión de color negro, a una bebida muy apreciada, por lo que en 1803 junto a otros productos como el algodón, el cacao y el azúcar, el café logró la exoneración de impuestos; se obtuvo con ello, motivar a los terratenientes en la producción del mismo.

Para la ciudad de la Antigua , que había sido rebajada en su categoría a villa, por el abandono que sufrió tras los terremotos de 1773, esta medida fue trascendental, ya que en 1860, sus alrededores se vieron desarrollados con grandes fincas cafetaleras, lo que repercutió en el auge de su repoblación. Esta etapa se ve marcada por los deseos de las autoridades y vecinos de reconstruir algunos de los principales edificios civiles y religiosos, tales como la Catedral , el edificio del Ayuntamiento, la Iglesia de la Merced , entre otros.

En 1871 La Antigua recobra su categoría de ciudad debido al impulso económico que se vivía en ese tiempo. En esta época el café pasa a ser por primera vez, un producto de exportación importante para Guatemala, ya que alcanza sus mayores niveles de producción y cotización al ganar en 1888 el Primer Lugar en la Exhibición Mundial de París, y en 1915 el Primer Lugar en la Exposición de San Francisco.

El café de Guatemala ha sabido mantener internacionalmente un espacio y esto se debe a las cualidades que presenta su grano, cultivado en cinco regiones naturales diferentes del país: Fraijanes, Cobán, Huehuetenango, Atitlán y Antigua. El café de ésta última constituye un tipo de café internacionalmente reconocido, por lo cual es objeto de sobre precio en los mercados "gourmet". Sus cualidades se deben a que las áreas donde se cultiva se encuentran en las faldas de los volcanes de Agua, Acatenango y de Fuego, en donde las características ecológicas y climáticas hacen que el suelo presente las condiciones óptimas para la fertilidad de los mejores cafetales. No por menos, el café de Antigua es considerado uno de los cafés más finos que se producen en el mundo.

Como parte importante del pasado y presente que envuelve a esta ciudad, algunas fincas productoras de café de la Antigua han abierto sus puertas a turistas nacionales y extranjeros, y les ofrecen recorridos por las plantaciones y las procesadoras del grano en donde no sólo se aprende el proceso que lleva el grano desde que se corta hasta llegar a una taza de café, sino también se aprende a apreciar la importancia de los bosques de café, que en el caso de Guatemala, forman una parte importante del corredor Biológico Mesoamericano, pulmón de América.

Después de recorrer cualquiera de las fincas cafetaleras que ofrecen servicios de tour, lo invitamos a que pase una agradable tarde bebiendo una taza de nuestro aromático café antigüeño en los cafés que se encuentran en la ciudad, algunos ubicados en los interiores de edificios antiguos, gozando de la intimidad de bellos jardines o bien en los que se ubican en los alrededores de la Plaza Central que forman parte del ir y venir de la vida en las calles de la Antigua.

Sala antigüeña (Hotel Filadelfia)


El volcán de agua en toda su magnificencia

¿Blogueando? Aunque no lo crean: ¡Sí!

¿Prefieren la bulla o este lugar tan silencioso?

Carlos y Lico


La Antigua Guatemala es una de las ciudades coloniales mejor conservadas, es un mágico y encantador pueblo que le hará sentir que el tiempo se detuvo hace 300 años. Desde su arquitectura colonial hasta sus bellos alrededores paseando por las calles empedradas, experimentará el esplendor de los tiempos antiguos! La ciudad fue alguna vez la tercera ciudad más importante de las colonias españolas de América. Más de 30 monasterios, conventos & catedrales. Esta preciosa ciudad de la Antigua Guatemala le quitará el aliento, entre tres volcanes imponentes: El volcán de Agua, de Fuego y El Acatenango.

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BIOTOPO DEL QUETZAL Y COBÁN, 1 NOV. 2003


Hacía mucho tiempo que venía experimentando el deseo de conocer más el interior del país. Las oportunidades no se habían presentado, pero casualmente, salió en el periódico un anuncio de una página completa, donde se promocionaban unos viajes a través del Inguat.

La noche anterior pusimos –supuestamente− el despertador para las 4 y 45 a.m. El autobús salía a las 6a.m. y se nos había advertido de la puntualidad de la partida. Sin embargo, la alarma no sonó y a última hora –5 y 21− Carlos me estaba despertando y yo entre sueños –ya que todo el ambiente estaba oscuro− me preguntaba qué hacía Carlos a esas horas de la noche, hablándome en susurros.

Logramos llegar a tiempo. Muy pronto, el autobús estaba totalmente lleno y más o menos a las 6 y 10 a.m. el viaje comenzó.

Atravesamos la ciudad hacia el norte, pasando por la zona 1, la zona 2, la zona 6 y la zona 17. Como aún estábamos somnolientos, pronto nos quedamos dormidos. Paramos a las 8 y 20 a.m. a un desayunador que queda en El Progreso. No era nada bonito, en realidad una especie de carpa rústica habilitado con mesas y sillas, sanitarios y la cocina enfrente. Llevábamos algunas provisiones compradas del día anterior en el supermercado, por aquello de que el hambre nos tomara de sorpresa. Fue un buen momento para sacar nuestra comida ya que a mí al menos, aquel lugar no me instaba a pedir mayor cosa, a lo sumo, unos frijolitos con tortillas. Se nos unió el guía del viaje y su plática, si bien interesante, ya que manejaba mucho conocimiento, me pareció aburrida. Poco a poco me fui despertando del letargo en que el sueño me tenía metida.

El recorrido fue largo. Hubo partes del camino que ya las conocía, porque en otra época de mi vida, solía ir mucho a Puerto Barrios. De manera que recordé el paso del río Motagua con sus lindos paisajes rodeados de montañas. La imaginación comenzó a correr dentro de mí y el tiempo –a solas con mis pensamientos− se me hizo corto.


Yo en mitad de la selva, recorriendo el Biotopo

Llegamos al Biotopo más o menos como a las 10 y 20 a.m. Se nos explicó la manera en que descubriríamos el lugar, se nos pidió silencio en el recorrido a pie por una hora, haciendo alusión –muy pertinente− al hecho de que los pájaros solían esconderse ante el bullicio y que era más propio de ellos salir y mostrarse en el silencio. Después de oir las explicaciones sobre cómo las orquídeas, los musgos y los helechos se producían de una manera natural en este lugar, proseguimos a ver un pequeño museo donde habían muestras de la vegetación, una maqueta del lugar y un quetzal disecado. Se nos indicó que generalmente era húmedo, que había gran cantidad de agua, con ríos, cascadas y que el clima era lluvioso en su mayoría. Del quetzal, −tan cotizado y digno de verse, no sólo por su belleza sino por lo infrecuente de sus visitas, nos explicaron que era casi imposible verlo a estas horas. En realidad quienes han ido me han contado que jamás se ve, sin embargo, este es su hábitat natural.

Carlos en una de las fuentes de agua cuando hacíamos la travesía por el bosque.

Fuimos pasando por un paisaje frondoso, verde, tropical, húmedo, cerrado, con líquenes, musgos, arbustos. El sonido del agua se escuchaba aun sin verse en algunos trechos; había ranchitos con bancas de madera a cada trecho para aquél que no pudiera seguir a buen ritmo y que la fatiga lo sorprendiera en medio de la marcha, sin embargo, ninguno de nosotros se dio por vencido: todos parecíamos ansiosos por hacerlo en el menor tiempo posible.


Pronto divisamos el primer riachuelo con su respectiva caída de agua.

Carlos sobre la marcha
Terminanos la travesía en más de una hora. Conocimos a uno de nuestros compañeros de excursión, un señor mayor que siempre caminó a paso firme y buen ritmo , sopresivamente, llegó a la meta antes que nosotros. Como las circunstancias lo propiciaron, entablamos una conversación muy agradable con él. No dejé de maravillarme con un señor que a su edad, aun tuviera el entusiasmo de hacer este tipo de viajes.

Líquenes propios del bosque

El bosque lleno de neblina


Líquenes, árboles, orquídeas, gallitos, arbustos






Salimos luego rumbo a Cobán. Tenía años de ansiar conocer esta ciudad. El viaje duró menos de una hora. Estábamos fatigados por la caminata, pero el entusiasmo aun se hacía sentir.

Por fin llegamos a Cobán. El autobús se parqueó a unas cuantas cuadras de la Iglesia El Calvario –punto de atracción turístico−. Las gradas que se veían desde el frente –unidas a la fatiga− daban lugar a ahuyentar toda posibilidad de seguir adelante, pero no habiendo otra cosa mejor que hacer, decidimos con Carlos hacerle frente y sacar todas las ventajas del viaje. Eran más o menos 165 gradas que subimos a un ritmo lento.

Las 165 gradas que llevan al Calvario

Habían tres altares en medio de la travesía: el de San Salvador que era para pedir por cuestiones de amor, el Tigrillo que era el del autoconocimiento y por último, el altor mayor. La Iglesia era común, quizá el Cristo –hecho por Quirio Cataño, el mismo que diseñó el famoso Cristo Negro de Esquipulas− era parte del atractivo y el ver desde la cima del cerro, toda la ciudad de Cobán en toda su extensión.


Calle en Cobán

A la salida de aquí, muertos del hambre, nos llevaron al Parque Central. Ahí es donde están a su alrededor la mayoría de restaurantes. Preguntamos dónde se orientaban los restaurantes más ricos y nos dijeron que hacia el norte. Queríamos en realidad ir a conocer el hotel principal de la ciudad ya que nos habían dicho que era hermoso. Lo teníamos frente a nosotros: decidimos entrar a conocerlo y lo que vimos nos dejó satisfechos: un jardín frente a los dormitorios que invitaba a la reflexión, a la meditación, a la búsqueda interna y a la lectura. Tomamos varios fotos y luego nos dispusimos entrar al comedor principal.


Calle empinada de Cobán

Ya instalados en el comedor, pedimos un sencillo plato casero, algo que nos mitigara el hambre y que nos dispusiera a continuar con el viaje y si era preciso, con el ejercicio; nos llevaron los platos y nos dimos cuenta de que el tamaño era inmenso y de que el precio era bajo para lo que nos ofrecían.

El paseo llegó a su fin y nos juntamos con el resto del grupo frente al parque a las 3.30 p.m. Salimos del hotel-restaurante complacidos y con muchas ganas de descansar. En mi caso, sentía que había comido mucho, el sueño se apoderó de mí y lo único que deseé fue rescostarme en el asiento y dormir. Eso hice no más entrar al bus y así se fue pasando el tiempo. A las 6 p.m. bajamos nuevamente a un restaurante por si alguien quería tomar un café. Volvimos a comer algo: un té, un refresco, un helado. Comimos a más no poder, para mí demasiado, pero era el placer de lo inesperado, de lo que no se hace a diario, de la aventura de lo nuevo.

A las 8 y 20 p.m. volvimos a Guatemala, con el estómago lleno y los ánimos arriba, aunque el cuerpo nos pidiera aun más sueño.

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